Fuente: Publicación de la Revista digital Salud & Buena Vida Pets. Por Bárbara Pérez, académica del Instituto de Farmacología y Morfofisiología UACh.
La anatomía veterinaria es la ciencia que estudia la estructura de los animales, incluyendo la forma, topografía, ubicación y relación entre los órganos que los componen. Esta disciplina es un pilar fundamental en las ciencias médicas veterinarias, ya que es la base para comprender el funcionamiento del cuerpo de los animales, realizar procedimientos clínicos, diagnóstico por imagen, cirugías, entre otros.
La importancia de que la anatomía de un perro esté dentro de la normalidad radica en varios aspectos fundamentales para su bienestar y calidad de vida. Una estructura corporal normal permite que los distintos sistemas del cuerpo funcionen de manera adecuada. Por ejemplo, un sistema musculoesquelético normal, hará que la estructura ósea y muscular de un perro sano le permita moverse de manera natural y sin restricciones. Podrá correr, saltar, jugar y realizar actividades físicas sin dificultad, mientras que un perro con problemas anatómicos puede experimentar dolor, rigidez o limitaciones en su movilidad, lo cual afectará su calidad de vida ybienestar general.
Por otro lado, en el mundo canino, existe una gran diversidad de razas con diferencias anatómicas significativas. Desde perros de raza “toy”, que son perros de tamaño pequeño hasta perros de razas gigantes, cada una de ellas con distintas particularidades. Que son básicamente el resultado de la selección genética realizada por el ser humano para destacar ciertos rasgos deseados de la raza. Aunque lamentablemente la selección genética intensiva de algunas razas de perros ha llevado a la aparición de problemas de salud asociados. Por ejemplo, algunas razas pueden tener predisposición a displasia de cadera/codo o luxación de patela debido a una mala conformación articular. Otros perros pueden tener problemas dentales debido a una mala alineación de los dientes. Aunque sin duda una de las alteraciones anatómicas más drásticas de conformación es el Síndrome Braquicéfalo, el cual afecta a razas braquiocefálicas, es decir razas de cráneo corto o achatado, como el Bulldog Inglés, el Bulldog Francés, el Boston Terrier, el Pekinés, el Pug, el Shih-tzu, el Bóxer y el Lhasa-apso. Este síndrome engloba un conjunto de anomalías anatómicas severas de las vías aéreas que pueden poner el riesgo la vida del animal.
Dentro de las características de estas razas se incluye la presencia de huesos faciales subdesarrollados que les dan esa característica de cabeza chata. Esto provoca que los tejidos blandos asociados a la cavidad bucal y nasal no tengan suficiente espacio para funcionar correctamente. Adicionalmente los orificios nasales son muy estrechos, lo que impide que respiren por la nariz de manera adecuada, y como resultado, estos perros tienden a respirar principalmente por la boca. Además, pueden tener un paladar blando alargado y cornetes nasales aberrantes que interfieren y obstruyen el paso del aire hacia las vías respiratorias inferiores (tráquea y los pulmones). Otras posibles alteraciones son hipoplasia laríngea y/o traqueal, que implica un menor desarrollo y diámetro de estas estructuras ocasionando un mayor esfuerzo por parte del perro para el ingreso del aire.
Estas anomalías en conjunto resultan en una respiración ruidosa y ronquidos constantes en los perros braquiocefálicos. Sin embargo, lo más preocupante desde el punto de vista médico es la grave dificultad que experimentan para respirar. Estos perros no toleran el ejercicio intenso y pueden desmayarse debido a una oxigenación insuficiente. Además, son muy sensibles a las altas temperaturas y la humedad, ya que les resulta más difícil regular su temperatura corporal. En muchos casos, requieren intervenciones quirúrgicas complejas para mejorar su calidad de vida. Esto plantea la siguiente interrogante: ¿Es correcto continuar con la reproducción y venta de estas razas? En la actualidad, existen asociaciones veterinarias internacionales que buscan promover la responsabilidad social y moral en la crianza de razas las braquiocefálicas. Su objetivo es reducir los impactos negativos en la salud y bienestar de los perros braquicéfalos, aumentar la conciencia sobre sus problemas de salud y fomentar la investigación para comprender mejor y abordar la prevalencia de los impactos médicos asociados a esta condición.
BÁRBARA PÉREZ M.
Profesora Auxiliar Instituto de
Farmacología y Morfofisiología
Facultad de Ciencias Veterinarias
Universidad Austral de Chile
Al adquirir un perro de raza, es impor tante estar informado sobre las posibles complicaciones de salud asociadas a su conformación anatómica u otras características específicas de la raza. De esta manera, se podrá entender los cuidados y requerimientos especiales que pueden necesitar. Sin embargo, una alternativa excelente es considerar la adopción de un perro mestizo, ya que estos animales poseen una alta variabilidad genética, lo que se traduce en una menor incidencia de problemas de salud relacionados con su conformación y una mayor resistencia en general. Es nuestro deber y responsabilidad velar por el cuidado y bienestar de nuestros queridos compañeros.
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